La INTENSIDAD, como su propio nombre indica, describe lo intenso que es el color, lo brillante, profundo, vivo... Un vino apagado puede indicar que no está bien. Algunos adjetivos posibles: luminoso mate, centelleante, vivo, apagado, nítido, acuoso, pálido, oscuro, profundo...
La LIMPIDEZ indica el nivel de transparencia del vino: limpio, turbio, sucio, con sedimentos. Algunos vinos que han pasado mucho tiempo madurando en botella pueden generar posos (sedimentos) que pueden eliminarse con filtrado o, mejor aún, decantado y que no tienen por qué indicar que el vino esté mal. Al contrario, muestran que el proceso de elaboración ha sido más natural. Sin embargo, a mi me parece bastante inaceptable cuando alguna botella "no artesanal" contiene cantidades ingentes de posos.
Al observar la FLUIDEZ nos preguntamos por la densidad o viscosidad del vino. Una forma habitual de medirlo es observando la lágrima que es la gota de vino que cae por el cristal de la copa después de haber agitado el líquido girando la copa en círculos. Un vino denso produce lágrimas densas, gruesas y que caen lentamente y viceversa. La viscosidad está relacionada con el grado de alcohol de manera que a mayor graduación más densidad. Calificativos para esta propiedad pueden ser: fluido, denso, suelto, consistente, espeso.
Por último, pongo un enlace a otro blog del que he extraído la siguiente y en el que se explica muy bien la fase visual de la cata del vino.
Por último un último concepto. El MATIZ, es el color o tonalidad que presenta el vino cuando se observa el borde o ribete inclinando la copa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario